Crystal Hefner planea estudiar psicología para entender cómo acabó en la mansión Playboy.

La viuda de Hugh Hefner quiere ahondar en los motivos que le llevaron a sentirse atraída por el mundo de Playboy y a quedarse en la mansión casi una década

La vida de Crystal Harris cambió para siempre cuando en 2008 recibió una invitación para asistir a una fiesta de Halloween en la mansión Playboy. Una vez allí llamó la atención del fundador de la mítica revista, Hugh Hefner, que primero le propuso que se quedara durante el fin de semana tras pasar la noche juntos y más tarde le ofreció un contrato de trabajo como modelo. Un año más tarde se había convertido en una de las tres novias especiales de Hefner y para 2012 ya era oficialmente la señora Hefner.

Crystal, que ahora se ha convertido en una mujer de 37 años en la que cuesta reconocer a la conejita que fue en su día, quiere averiguar por qué gravitó hacia la figura de Hefner.

"Cuando llegué allí por primera vez, fue como... Willy Wonka y la fábrica de chocolate. Porque yo venía de un mundo en el que no tenía mucho de nada. Las grandes celebridades de la época eran gente como Pamela Anderson y yo pensaba que parecían tan poderosas, que eran queridas, que pertenecían a algo", ha explicado a The Observer.

El espejismo se rompió muy pronto. Crystal no tardó en darse cuenta de que debía pagar un precio muy alto por vivir en un lugar donde no era oro todo lo que relucía. Las conejitas tenían un toque de queda, sólo salían de la casa para acompañar a Hugh Hefner a fiestas y la mansión tenía problemas graves de moho. Y pese a ello, se casó con el empresario incluso después de huir de la mansión sin previo aviso para perseguir una relación con el hijo del famoso presentador Dr. Phil.

"Creo que las mujeres rotas gravitan hacia algo así", señala para explicar por qué eventualmente regresó junto a Hefner. Ella había sufrido problemas económico y mentales durante su adolescencia, y sabe que eso jugó un papel clave. "Todavía no entiendo por qué. Voy a volver a la escuela para aprender más acerca de psicología".

Su rutina cambió considerablemente según se fue debilitando la salud de su esposo: las orgías pasaron a la historia y ella se convirtió más en una cuidadora que en una compañera de cama. Al final, Crystal se quedó en la mansión hasta la muerte del empresario en 2017 a la edad de 91 años, y cuando llegó el momento de regresar al 'mundo real' se dio cuenta de que no sería tan sencillo.

Siguiendo el consejo de una amiga, decidió consultar a una casamentera para que le ayudara a rehacer su vida amorosa, pero se dio cuenta de que no sabía responder a preguntar tan sencillas como cuáles son tus aficiones o qué te gusta hacer.

A día de hoy ha iniciado un podcast con la esperanza de conectar con otras mujeres en situaciones similares, pero le ha resultado desalentador darse cuenta de cuán pocas de ellas han procesado plenamente sus experiencias. "Ha sido duro, darme cuenta de que todas seguimos intentando descubrir qué pasó".

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